Estamos muy próximos a que
peruanas y peruanos concurramos a las urnas para elegir a 25 presidentes regionales,
195 alcaldes provinciales y 1,659 alcaldes distritales. Sumados a los vice presidentes, los consejeros
regionales y los regidores, tendremos que elegir a un total de 12,692
autoridades - entre 105,860 candidatos - quienes llevarán las riendas de Gobiernos Regionales y Locales, en los
próximos cuatro años.
Este hecho significa que la
alternancia en el poder se cumple y se da como producto de un proceso
eleccionario - esperemos que claro y transparente – en el que la voluntad del
Pueblo quede expresada y cabalmente representada. Sin embargo, viene teniendo,
a mi modo de ver, “Claro Oscuros” que pueden socavar no sólo el destino y la
gobernabilidad de regiones y distritos sino también la manera de ejercer el
derecho a elegir y la legitimidad de quiénes serán – luego del proceso
electoral del 5 de octubre – nuestros representantes, en las instancias de
gobierno y decisión que se encuentran – o debería ser así – más cerca de los
intereses y necesidades de ciudadanas y ciudadanos, a quienes – los 105,860
candidatos – quieren representar y gobernar.
Quiero,
contribuir, desde estas líneas, a presentar, a manera de obra teatral: a) En
qué condiciones y con qué información llegamos, ciudadanas y ciudadanas, en el
Perú y en particular en Lima Metropolitana a la última parte de la carrera
electoral; b) Escudriñar las principales fortalezas de los candidatos en
disputa; c) aportar un punto de vista
respecto de a qué debemos echar mano para decidir nuestro voto y d) a poder dar
una opinión de qué tareas tendremos para adelante.
El primer
acto de este evento, pareciera ser que, es el único en el que tenemos claridad y es: la obligación
constitucional de concurrir a las urnas, para elegir a autoridades regionales y
distritales el 05 de Octubre. Al revisar la encuesta de GFK, esta
afirmación queda, más que evidenciada, veamos por qué:
Ante la Pregunta: ¿cuál de las
siguientes frases describe mejor su sentimiento cuando va a votar?
El 48 %
de los ciudadanos manifiesta que tiene
“Satisfacción porque ejerzo mi derecho a votar”. Mientras que el 43% de ellos, dice que “Lo hago porque es
mi deber y no quiero pagar la multa. Hay un 5%
que siente ”Molestia, porque es
una pérdida de tiempo”; un 3 % que dice “No sentir nada en
particular” y un 1% que no sabe, no responde.
Con lo que queda
demostrado que, por lo menos, el 52% de las ciudadanas y ciudadanos, si
pudieran, no votarían y, a lo mejor, lo hacen sólo por razones económicas o por
las probables trabas, obstáculos, para realizar gestiones que el hecho de no
votar les acarrearía.
Una pregunta, que cae
de madura, es ¿Qué factores hacen que la situación descrita, líneas arriba, sea
parte de la realidad, hoy?
La encuesta de GFK,
nos muestra algunas tendencias, claro-oscuras, que configuran, hoy, nuestra
realidad, la misma que tiene que ver con lo siguiente:
a) Sólo el 21 % de los ciudadanos, en Lima
Metropolitana, manifiesta “tener mucho o bastante interés en la
política” y los acontecimientos políticos.
b) Un 39 % de ellos, dice tener “algo
de interés” mientras que
c) Un 39% de ellos expresan que tienen “Poco/nada
de interés” en la política” y los acontecimientos políticos y
d) Un 1 % de ellos, No
sabe, no responde
Esta tendencia se
refuerza en la medida que sólo el 16% de los ciudadanos manifiesta estar
informado, un 46 % dice estar medianamente informado mientras que el 35% de
ellos dice estar nada informado habiendo un 3% que no sabe, no responde.
Por lo que podemos
afirmar que el desinterés y la desinformación afecta a poco más de un tercio de
la ciudadanía hoy. Lo que evidencia, entre otras cosas, la lejanía de
ciudadanas y ciudadanos respecto de la política y los asuntos políticos que,
pareciera, se entienden como un asunto de otros.
El Segundo Acto, tiene que ver con las capacidades, atributos o desempeños que
ciudadanas y ciudadanos, reconocen en los candidatos. Tenemos información, sólo
de Lima Metropolitana, para cuyos tres candidatos con mayor preferencia
electoral podemos referir lo siguiente[1]:
a) Luis Castañeda, las
ciudadanas, los ciudadanos, que votarían por él atribuyen su decisión a lo que
hizo como alcalde y a su capacidad en la gestión municipal.
b) Susana Villarán, las ciudadanas, los
ciudadanos, que votarían por ella atribuyen su decisión a que llevará adelante
la reforma del transporte; tiene firmeza en su opinión/carácter; y es una
persona honesta.
c) Salvador Heresi, las
ciudadanas, los ciudadanos, que votarían por él atribuyen su decisión a su
capacidad en la gestión municipal y tiene propuestas nuevas/diferentes.
Tercer Acto, Por Quién Votar:
Optar por una de las
listas o candidatos tiene que ver con aspectos que pueden ser más o menos los que
plantearé, pero que, en esencia, deben ayudar a poder optar por quién, quiénes,
deben gobernar o representarnos en regiones, provincias o distritos, según sea
el caso.
Un perfil, al que
creo debemos apostar, tiene que ver con elegir a quien tenga:
a) Un comportamiento
honesto y con arreglo a la ética, un actuar, en lo cotidiano, dónde la ética
sea la principal antorcha, la luz que guíe sus decisiones.
b) Capacidad moral,
política y carácter para dirigir, conducir los cambios y transformaciones
necesarias, en mi distrito, mi provincia, mi región.
c) Intereses y objetivos
que coincidan, sean parecidos a los
nuestros.
d) Alguien que convoque
a tirios y troyanos, a triunfadores y vencidos, a minorías y mayorías para
gestionar la región y el municipio en concertación, en comunión. Porque los
destinos y los próximos derroteros de nuestras regiones y municipios se deben
construir con el concurso de todas las sangres.
e) Alguien que no sea
sólo figura individual, sino que cuente con un equipo probo y capacitado por
que la gestión no sólo es del presidente (a) regional ni del alcalde o
alcaldesa que elijamos. La gestión es producto de las decisiones que emanan de
cuerpos colegiados y del que hacer de funcionarios capaces, que bien liderados conseguirán metas que
beneficien a todas y todos.
f) Alguien que quiera
servir a mi distrito, provincia o región y no servirse de él o de los recursos
económicos, para provecho propio.
g) Alguien que con un
adecuado co-gobierno con las otras fuerzas políticas, pueda construir desde el corto y mediano plazo sin perder la perspectiva del
largo plazo.
h) En suma: votar por
alguien comprometido con la vida, la salud la educación y el desarrollo
integral. Lo que supone, atraer inversión privada y pública para construir
capacidades y oportunidades para todas y todos, de lo contrario no podríamos
hablar de desarrollo.
El Cuarto Acto, en mi opinión más que para el presente proceso electoral para la tarea
que viene en este y en el próximo período político es:
a) Tener una actitud vigilante
respecto de cuánto quienes terminen gobernando o representándonos cumplen con
lo que prometieron y con quién o quiénes y a favor de quién o quienes, realizan
su labor.
b) Cuánto
los partidos y movimientos políticos contribuyen a informar, formar y convocan
a tomar decisiones y debatir programas y propuestas a la población, a las
ciudadanas, a los ciudadanos y, también, preguntarse a quiénes hoy representan,
no sólo ideológica sino que realmente. Quiere decir, a favor de quién, gobiernan
o aspiran a gobernar representar, decidir, en la práctica.
c) Resolver esta encrucijada, será clave para volver a conectar la
política, los asuntos políticos y la agenda pública con ciudadanas y ciudadanos
en el Perú.
Estas tareas son
necesarias para poder borrar los claro oscuros en los que hoy camina la
política, los acontecimientos políticos y la representación, condición
necesaria para el fortalecimiento de la democracia y la construcción del Bien Común.
Tarea a la que, desde ya, nos sumamos.
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