miércoles, 26 de enero de 2011

ELECCIONES EN EL PERU: HALLAZGOS, CONTINUIDADES, RUPTURAS Y DESAFIOS

Elaborado Por: Juan Pedro Mora
La contienda electoral en el Perú, ha entrado, a la recta final, estamos sólo a 6 meses, para que se dé el relevo del actual, ciudadano, presidente don Alan García Pérez y, a casi tres meses, de que, ciudadanas y ciudadanos, concurramos, nuevamente, a las urnas, para, decidir quiénes, pasarán a la segunda vuelta. Para recién de allí, en segundo acto, definir quién sucederá, en la conducción del país, al actual presidente.
La segunda vuelta, según el resultado de, las últimas, encuestas de opinión, es, virtualmente un hecho. El promedio de las 3 últimas encuestas nacionales, realizadas por: Datum, CPI e Ipsos Apoyo, dirían que las preferencias electorales estarían de la siguiente manera: Toledo (26,4%), Castañeda (21,06%), Fujimori Higuchi (20,26%), Humala (10,56%), Kuczynski (4,6%). Para señalar a los más significativos.
Ciertamente una porción importante del electorado, define su voto en la última semana, casi en el último momento. Sin embargo, pareciera que no obstante esta situación, ninguna lista alcanzaría la mayoría en primera vuelta.
HALLAZGOS:
Proceso con Menos Listas (Postulantes) Opciones.
Este proceso al contrario que el anterior, está menos dividido, hoy, competirán nueve listas, por la presidencia de la República y, por lo menos, 10, por, alcanzar, representación en el Congreso de la República, cifra ostensiblemente, más baja, a la de la elección pasada en la que se presentaron 20 listas para las presidenciales y 24 para el Congreso . Este, en nuestra particular opinión, es un primer hallazgo y, además, saludable. Aunque, estamos lejos, parece, lamentablemente, que, muy lejos de construir y constituir movimientos de un espectro más amplio que muestren convergencia y coincidencia más que sutiles o incomprensibles diferencias más entendibles en un plano personal que político.
Si en este tiempo electora, se hubieran puesto por delante, a las mujeres, hombres, niños y niñas peruanos, sus derechos, sus legítimas aspiraciones y sus necesidades; en vez de lo que piensan y sienten quienes lideran hoy los movimientos y partidos políticos en el Perú. A lo mejor, hubiéramos podido tener coaliciones más amplias en la, actual, contienda electoral. Por ejemplo, en sectores como la izquierda responsable y el centro ó en la derecha, no conservadora. Pero, en fin, ese es hoy un camino a construir.
Los peruanos, lamentablemente, seguiremos votando y eligiendo a personas, más que a movimientos o partidos políticos. Liderazgos construidos, histórica, política o personalmente, son los que están en juego. Será por eso, entre otras cosas, que señalaremos más adelante, que ésta será una elección más por el llamado “mal menor”. Aunque con menos opciones.
A esta altura de la reflexión, una lectura a lo que opina la población, en relación a las capacidades de los postulantes, mejor ubicados en las encuestas, es importante. Según, la encuesta de Ipsos- Apoyo del 17 de Enero del 2010. La población reconoce como las cuatro mejores capacidades de los candidatos las siguientes:
Alejandro Toledo: Garantizar el crecimiento económico; Aumentar el empleo; Mejorar la educación y Reducir la pobreza.
Luis Castañeda: Mejorar la Salud Pública; Modernizar el Estado; Aumentar el Empleo y Mejorar la Educación.
Keiko Fujimori: Combatir la delincuencia; Mejorar la educación; Aumentar el Empleo y Reducir la pobreza.
Pedro Pab lo Kuczinsky: Garantizar el crecimiento económico, Modernizar el Estado, Aumentar el Empleo y Reducir la pobreza.

Si bien las capacidades reconocidas son importantes, en esa misma encuesta, los ciudadanos, que manifiestan que estos candidatos no tienen ninguna capacidad presentan la siguiente proporción:
Alejandro Toledo: 15% de los encuestados no le reconoce ninguna capacidad
Luis Castañeda: 14% de los encuestados no le reconoce ninguna capacidad
Keiko Fujimori: 26% de los encuestados no le reconoce ninguna capacidad
Pedro Pab lo Kuczinsky: 31% de los encuestados no le reconoce ninguna capacidad

Creemos que podría ser la conjunción de estos factores un elemento importante para definir su actual desempeño en las preferencias electorales.




Proceso con una buena cantidad de Delfines

Quiero decir que el 50% de los ciudadanos, inscritos y candidatos a Presidente de la república son novatos en éstas lides y con ninguna o muy poca experiencia en la conducción del Estado, lo que, a mi modo de entender, no es un demérito ni mucho menos pero si revela un elemento nuevo.
Una buena parte de quienes postulan al primer lugar en la conducción del Estado, no tienen, experiencia, ni cuentan en su curriculum vitae, a saber, el haber sido representantes o funcionarios públicos. Lo que, sin duda, es un hallazgo. Creemos que, en el cálculo de probabilidades de éstos candidatos - que van desde el hijo del extinto Ex Presidente, Don Fernando Belaunde Terry hasta el ciudadano Ricardo Noriega - está esa buena parte del electorado que no se identifica con movimientos políticos tradicionales y que de alguna manera están “hartos” de la política, como lo señalan en programas de radio de señal abierta.
País con Economía Diferente, pero con los mismos problemas:
Llegamos a éste proceso electoral con otra situación económica en el Perú. Estamos ubicados como un país de ingreso mediano alto por el “buen” manejo de la política económica. Situación que se desdibuja, al ver que el 10% mejor remunerado se apropia de casi el 40 % del Ingreso y que el 10% peor remunerado de la población sólo se apropia del 1.3% del mismo. Aún cuando todas y todos, lo generamos. Lo que pone a las claras, que la inequidad en la distribución del ingreso, sigue siendo una constante. Según manifiesta Pedro Francke, “Con Alan García la desigualdad ha aumentado muchísimo; unas cuantas empresas transnacionales ganan más que 12 millones de peruanos”. Y el economista Humberto Campodónico - en base a datos del Banco Central de Reserva - afirma que: “en el periodo 2004-2008: “los sueldos de los empleados están en el mismo nivel que en...... 1994. Los salarios están peor, pues los obreros sólo reciben el 89% de lo que ganaban en 1994”.
Esta situación nos dice que peruanas y peruanos necesitamos recuperar el valor del trabajo que es, sin duda, el principal factor de la creación de riqueza y, por lo tanto, mejorar ostensiblemente la retribución que los asalariados reciben por su participación en el proceso de producción .

Por otro lado, la pobreza sigue preocupando en la medida que, si bien es cierto, ha cedido, ha retrocedido, sigue manteniendo a una porción importante de la población en esta situación como lo demuestra el informe: Pobreza, Desigualdad y Desarrollo en el Perú 2009-2010, trabajado por OXFAM (ver cuadro Nº 01). Podemos evidenciar que, el 60 % de la población rural y un, para nada bajo, 20% de la población urbana sigue siendo pobre, mientras que el 28% de la población rural y el 3% de la población urbana, siguen siendo pobres extremos. Esto, a pesar que el crecimiento económico del año pasado fue de 8.7%; con lo que constatamos que el crecimiento económico ni se reflejó en una mejora en la equidad distributiva ni tampoco en una rebaja, como hubiera sido posible, de la pobreza.

Los sucesivos Gobiernos y las políticas implementadas, han favorecido más a la concentración de riqueza, qué duda cabe, desaprovechando una posibilidad real, la de acotar brechas, generar oportunidades y capacidades para todas y todos y no sólo aumentar el bienestar de unos pocos.
El entender y aplicar las políticas sociales sólo como programas de “lucha contra la pobreza”, importantes, aunque propios para el enfrentamiento de una situación de emergencia es lo que sigue postergando a las personas y les impide alcanzar un desarrollo equitativo y sostenible, donde la igualdad y el goce de libertad y la ampliación de la participación y la mejora de las capacidades para tomar decisiones, sean el denominador común. Así, llegamos a finales de 2010, luego de dos décadas de aplicación de los Programas de Ajuste Estructural y Estabilización de la Economía en la siguiente situación:
El Perú se encuentra en el puesto 78 a nivel mundial en el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Analizaremos , como ejemplo, lo que ocurre con la Educación. Las cifras del informe del PNUD son claras, y la realidad que presentan también. Hay avances en el acceso, quiere decir, niveles aceptables de matrícula y asistencia al nivel primario y secundario y superior. Sin embargo, está en permanente cuestionamiento la calidad de la educación. La que es baja, más en instituciones públicas, a la que aceden

Quienes están en condiciones de pobreza. Esta realidad, pone en cuestión un aspecto fundamental. La Demanda por la educación y la porción de los ingresos que las familias peruanas destinan a la educación - que es mayor, en el caso de las familias pobres – no se condicen con la calidad de educación que sus hijos reciben y menos, entonces, con los puestos de trabajo y las remuneraciones a las que pueden acceder luego de haber destinado tiempo y recursos importantes a este servicio.

Esta situación, la mejora y universalización de la calidad de la educación es una tarea a revisar y atender de manera urgente.
CONTINUIDADES:

Avizorar aquello que va a continuar, a pesar del cambio en la conducción del país, es importante, necesario y marca lo que va a ser no sólo la nueva agenda pública sino, lo que es más importante, cómo el ciudadano o ciudadana, elegido o elegida, como nuevo presidente, presidenta; va a implementar su política de concertación y alianzas que garanticen la gobernabilidad. Así como se presentan las encuestas, pareciera que el tema de las alianzas no se agotaría en el momento de la inscripción sino que transitaría por el tiempo previo a la segunda vuelta y después, al momento de iniciar el nuevo mandato.

Estas posibilidades de concertación y alianza y, sobre todo, el que ellas se mantengan y, por lo tanto, garanticen, posibilidades de gobernar en el mediano plazo tendrán que ver con aquello que vislumbre el Plan de Gobierno y el mandatario elegido, es aspectos como:

- Se mantendrá incólume el Modelo Económico actual, cuáles son los cambios posibles, si los hubiere.
- Se propiciará, promoverá o no la descentralización, participación política y la toma de decisiones de ciudadanas y ciudadanos en asuntos públicos o no.
- Habrán medidas concretas contra la corrupción o por el contrario se optara por seguirla teniendo como parte de la acción política.
- En suma para quiénes y con quiénes se gobernará. Se redistribuirán los ingresos; se repartirá de manera más equitativa los costos así como los beneficios obtenidos.

Lo que se puede ver, hasta hoy, no nos permite tener claro el panorama. Algunos, y así lo dice su Plan de Gobierno, creen que las cosas se deben mantener igual y que solo se trata de mejorar algunos servicios básicos, un poco la educación y un poquito la salud. Pero cambios en el Modelo Económico y en la manera de ver y promover desarrollo no es necesario. Otros parecieran ser un poco más sensibles a cambios en el modelo económico, pero más como paliativos que como aspectos que lleven a zanjar y distanciarse de manera firme con el Modelo neo liberal. Los que lo dicen abiertamente son, al parecer, los que menos posibilidades de ganar tienen.

A esta altura, debemos reconocer que hacer un juicio y toma de posición clara, en tiempos electorales, es difícil. Tirios y troyanos, en disputa, intentan ganar, acercarse al mayor espectro posible de ciudadanos y alcanzar su preferencia y por ello hablarán en claro/oscuro. Más que en firme.

Parece que las continuidades que propongan, los contendores, hoy, estarán mediatizadas por el interés de ganar votos y que luego de la primera vuelta será la clase política, los líderes políticos, quienes negociarán, los cuatro puntos planteados y la ciudadanía se enterará después, en la medida que hay una distancia, importante, entre los movimientos y partidos políticos y los ciudadanos.

RUPTURAS

Es claro que en un proceso electoral, existe la posibilidad de establecer rupturas, tanto con lo que no ha funcionado cuanto con lo que no debemos seguir manteniendo, porque nos aleja de la tarea más importante: la construcción del Bien Común.

De cara a la población, a los ciudadanos, a los electores. Lo primero con lo que hay que romper es con aspectos como la corrupción, que, en menor o mayor medida, aunque no importan los énfasis, se expresó en el Gobierno de Fujimori y se ha mantenido.

El no haber tomado, en todo este tiempo, la decisión política para mejorar la presión tributaria, haciendo que sea más equitativa. Quiere decir que los que más tienen o los que más se han beneficiado, con el modelo económico, paguen más. Es parte importante de aquello con lo que hay que romper.

No podemos seguir aceptando, desde la sociedad, ni sosteniendo desde el Estado regímenes de excepción fiscal o lo que es peor que el presupuesto de la Nación año a año, se sostenga en mayor proporción por los impuestos indirectos, IGV, Impuesto Selectivo al Consumo – que pagamos todos, independientemente de la cantidad de los ingresos que percibamos – y, en menor proporción, de los impuestos directos, los que pagan las empresas y los que tienen rentas.

Finalmente debemos romper con la miopía de los decisores de política y de los propios empresarios, quienes se han opuesto y realizado importantes lobbies para impedir una mejor distribución del ingreso, requisito indispensable para consolidar el mercado interno y la misma democracia. Avizoramos en éste último punto, la tendencia, más negativa con la que hay que romper y es en términos simples habernos acostumbrado a lo siguiente: “A la Economía le va bien aunque a la Política y a la Democracia le vaya mal”.



DESAFIOS

El primero de ellos, a nuestro modo de ver, es que debemos cambiar la orientación al extremo del modelo económico hacia el exterior, no sólo por que debilita a los mercados internos, y nos hace vender a precios, que no controlamos, nuestros recursos naturales. Sino porque esto nos hace vivir en un esquema cultural y de consumo dependiente que de un lado minimiza, margina, las potencialidades y capacidades locales y de otro lado, nos obliga a importar cosas, para poder atender los patrones de consumo alimentario, de vestido, de calzado, carros, etc. Que poco o nada tienen que ver con lo nuestro.

Un segundo desafío esta dado por la necesidad de hacer un inventario, contabilizar los costos económicos y los beneficios o, expresado de otra manera, los impactos sociales, ambientales y productivos de la extracción de los minerales, hoy, uno de los motores del crecimiento, y veremos cómo, si pensamos en el mediano y largo plazo y no sólo en el corto plazo, van a desaparecer, o por lo menos se van a reducir, muchos de los hoy llamados “beneficios económicos” de estas actividades.


Un Tercer desafío tiene que ver con una necesaria evaluación de cómo el ser solo primario-exportadores nos va a permitir establecer un modelo de desarrollo que nos permita superar la pobreza y el autoritarismo, por lo acontecido en los últimos años, pareciera que no. O si por el contario debemos poner como condición de la explotación de nuestros recursos naturales que las empresas extranjeras inviertan una parte importante de sus ingentes ganancias en procesos de industrialización, de los recursos, en el cuidado del medio ambiente y en la promoción del desarrollo, de la economía y de las personas que habitan los territorios donde, hoy, tienen sus enclaves.

Un cuarto y último desafío es el aprovechar este tiempo electoral para discutir y elaborar propuestas responsables en las que ciudadanas, ciudadanos y movimientos y partidos políticos podamos decidir sobre:


- Cuáles y Cuantas oportunidades, capacidades, en suma, cuanta libertad vamos a promover para las personas, para todas y todos.
- Qué tipo de participación y posibilidades para la toma de decisiones, en aspectos que afectan la vida de las personas, comunidades, distritos, regiones y el País vamos a promover.
- Que tipo y que calidad de Educación y Salud, tendremos.
- Qué viviendas, con qué programas.
- Cómo los Derechos Humanos, serán un aspecto de interés, seguimiento, participación y cumplimiento.
- Cómo el Cuidado del Medio Ambiente pasará a ser un tema principal, en la preocupación y agenda pública.
- Cómo los partidos serán más instituciones y menos grupos de gente, bien intencionada o no, que se agrupa tras la figura de un líder.




Estas preguntas y, sobre todo, la manera en que las encaremos, tomemos en cuenta y respondamos será, en nuestra opinión, lo que defina si algún día en el Perú contaremos con Ciudadanas y Ciudadanos informados con capacidades y comprometidos que puedan construir una manera distinta de organizar la sociedad, la economía y la política o si, por el contrario, seguiremos, manteniendo los problemas, dando paliativos y, por lo tanto, eligiendo siempre por el “Mal menor”.

Actuar y elegir con responsabilidad parece ser la tarea del momento la contienda electoral actual y la cacería de preferencias y votos no puede ni debería hacer que olvidemos como ciudadanas, ciudadanos y sociedad, lo que está en juego, que no es otra cosa que la posibilidad o no de llevar adelante un Modelo de Desarrollo Humano e Integral.

Ya es hora de que, a quienes elijamos y gobiernen, en nuestra representación, a partir del 28 de Julio del presente año, lo hagan poniendo por delante. Los sueños, aspiraciones, necesidades e intereses de las mayorías, de las niñas y niños; de los jóvenes, de ciudadanas y ciudadanos, que día a día vienen construyendo Perú, a pesar de sus limitaciones.

Muestra de ello son: la micro y pequeña empresa, las organizaciones sociales de mujeres, los jóvenes, las y los promotores de salud, los activistas de derechos humanos, los defensores del medio ambiente y todos aquellos que desde responsabilidades, hoy, asumidas, de manera privada, colectiva o social vienen haciendo la labor que el Estado no quiere y debe hacer como es lo que llamaremos “Generar oportunidades, capacidades, libertad, igualdad, en suma, generar vida”.

Exigir que el ciudadano o ciudadana que elijamos como presidente y los congresistas. Así como, quienes ocupen cargos ministeriales, se sumen a esa tarea es lo menos que esperamos. Y a lo que tenemos derecho y exigiremos, la función pública y la política debe ocuparse del “Bien Común”, dejar aquello de los unos y los otros nos haría mucho bien, qué duda cabe. Es hora de recuperar el nosotros y de ocuparnos por el prójimo sólo atendiendo a su calidad de persona, de ciudadano, de elector o no, sin más que eso, convencernos que el espacio que hay para usar y manipular la voluntad ciudadana en pos de lo que es bueno sólo para unos pocos, en desmedro de lo que es bueno para todos, se va cerrando o se ha cerrado ya.