El
nombramiento de César Villanueva como
primer ministro trae aires de renovación en la manera que el gobierno actual conduce
y toma decisiones. Los nuevos aires tienen que ver, en suma, con haber nombrado
para este importante cargo a un político, en lo que cabe, exitoso, que gana
elecciones y con capacidad de
concertación.
Esto
nos dice que el saber cómo de Villanueva puede contribuir a oxigenar a este,
hoy, desgastado gobernante y gobierno – que a Octubre del 2,003 sólo tiene un
26% de aprobación a su gestión[1] - y, poner nuevas coordenadas en la manera de
trazar prioridades y rutas que deberían mirarse desde el interior (hasta hoy
tomado como periferia) al centro (Lima).
La
posibilidad de un premierato exitoso de parte de Villanueva tiene que ver con
diversos aspectos:
a)
Una
negociación clave es cuánto la pareja presidencial – y fundamentalmente Nadine
Heredia, a quien nadie eligió – quiere
ceder el coto de poder; construido, en base a gobernar con amigos y allegados.
Quiénes a punto de decir sí han
secuestrado las ideas y programa del gobierno de turno para, hasta hoy, transformar,
nada, finalmente. Un cambio es esta
manera de Gobernar es urgente.
b)
Poner el acento en realizar la
concertación y los acomodos institucionales necesarios, en aquello que la
población siente como los problemas más importantes, los mismos que - por señalar los más
importantes- son: 1) Delincuencia-
Inseguridad; 2) Corrupción; 3) Situación económica, desesperanzadora; 4) Falta
de trabajo/Desempleo; 5) Inadecuada educación.
c)
Manejar los conflictos sociales con
prudencia pero con compromisos, objetivos y metas claras, que demuestren a ciudadanas y
ciudadanos y a la población en general que el
Gobierno tiene como tarea central una explotación racional y adecuada de los
recursos. Así como, una vocación clara, respecto de una distribución con mayor equidad de los
costos y beneficios.
Estos tres aspectos, a mi modo de ver,
son cruciales en el camino para sentar las bases para una gestión exitosa por
parte de Villanueva, quién necesita, de manera urgente, contribuir para romper ese círculo vicioso por el que,
hasta hoy, se ha afirmado, en diversos espacios políticos, sociales académicos
que en el Perú: “A la economía le va bien pero a la Política le va mal y más
bien, muy mal”.
Veamos entonces que sería un cambio y qué
una continuidad:
Los
elementos que podrían ser entendidos como un escenario de cambio serían:
a)
Revisar la manera como se sigue
conduciendo la economía,
lo que supondría, por ejemplo, poner el acento en reformas urgentes como la
Fiscal. Lo que permitiría que quienes se benefician y se han beneficiado más
del crecimiento económico logrado, consecuentemente aporten más. Medidas para
cambiar la correlación del financiamiento del Presupuesto Público,
incrementando los ingresos por impuestos directos, sería una muestra de que las
cosas cambiarán y que tendremos no sólo un presupuesto equilibrado para el
2014, sino que, además, un poco más equitativo.
En
ese camino, es clave ver cómo los beneficios son extendidos vía el generar
empleo o la mejora de la calidad de los empleos o vía mejores salarios y
prestaciones sociales o todo.
b)
Promover Inversión Pública, en una orientación que privilegie la
mejora de infraestructura social y productiva, que tenga como orientación
partir desde el interior (hasta hoy tomado como periferia) al centro (Lima). Es clave para movilizar no sólo comercialmente los territorios sino
generar las condiciones endógenas para sostener el desarrollo.
c)
Promover Empleo y de Calidad, no hay mejor componente de Política
Social que la generación de empleo y la mejora de los ingresos de la población.
Esta es una estrategia que mejorará calidad de vida de manera permanente.
d)
Terminar el proceso de Descentralización,
propiciando una adecuada
delegación de poderes, facultades y la generación de capacidades, para que en distritos,
provincias y regiones se pueda
planificar e implementar planes de desarrollo concertados, participativos, que
respondan a las potencialidades e intereses de los territorios y de las
ciudadanas y ciudadanos.
e)
Apostar por una mejora sustantiva en los
servicios de salud y la calidad de la educación, para que tengan la capacidad de mejorar
las condiciones y calidad de vida de las personas así como construir las
capacidades que necesitamos para el hoy como para el mañana.
f) Poner
a trabajar mecanismos de inteligencia y aprovisionamiento de recursos para que
la policía baje los altos niveles de delincuencia e inseguridad actuales.
g) Promover
el respeto irrestricto a la conservación del Hábitat y del Medio ambiente, en
todas y cada una de las inversiones.
Esta, ciertamente, es una agenda apretada
de lo que consideramos debería constituirse en los ejes del trabajo del nuevo premier,
si se quiere afianzar, hacer caso omiso a esta agenda servirá sólo para que se
reafirmen continuidades.
Quiere decir que sigamos siendo:
a)
Un País que crece y está en función de grandes beneficios para
pocos y muy poco para muchos.
b)
Un País donde el granjearse clientelas y
el cálculo político, que
nace y se acaba en el apetito de ganar la próxima elección, es lo que prima y
seguirá primando.
c)
Un País que renunció a construir para el
largo plazo, en la medida que a los poderosos –que no representan a la mayoría,
ni ganaron las elecciones - sólo les sabe ganar y ganar bien, pero en un corto
plazo.
d)
Un País que no tiene políticos, ni en el
oficialismo ni en la oposición, que sean capaces de “poner vino nuevo en odres
viejos”.
Si esto es
así, entonces, veremos, luego de estos
primeros días, la mantención de la continuidad y, por
lo tanto, la incapacidad de haber mejorado la casa a pesar que existen las
condiciones para eso.
Señor
Villanueva, usted recibió el encargo y tiene la palabra respecto de cómo quiere
pasar a la historia, siendo un primer ministro que afianzó la continuidad o,
por el contrario, uno que propuso cambios, los que por demás son necesarios.