Sumilla: Estamos a la mitad del tercer mes del 2,010 y seguimos, por dónde miremos, envueltos en una paradoja que parece de nunca acabar: Hoy en el Perú – ese hoy ya tiene casi 20 años - Nos esforzamos mucho por qué le vaya bien a la economía, aunque la distribución de los beneficios y costos, de ése esfuerzo, es profundamente desigual. El manejo económico, de los últimos 20 años ha beneficiado más a los que más tienen y ha disminuido, cada vez más, las oportunidades para los que menos tienen. Baste decir, por ejemplo, que es más el empleo e ingreso autogenerado por mujeres y hombres que vienen, con mucho esfuerzo, sacando adelante, un emprendimiento económico ó una micro empresa que el empleo de calidad que han generado las empresas que sí se beneficiaron de los años de bonanza de la economía, que, por lo demás, no fueron pocos, y les dieron ingentes ganancias. Así,lo que pasa en la economía, más allá de que podemos discutir y debemos poner en tela de juicio, los aciertos y desaciertos, transcurre al tiempo que nuestra clase política está más preocupada en preparar sus maquinarias y estructuras partidarias para enfrentar las elecciones municipales, regionales y nacionales – del próximo período-, en vez de, cómo es su responsabilidad, estar construyendo el camino y el andamiaje institucional necesario para enfrentar y sortear con calidad, equidad y justicia el mediano y largo plazo, que el país, con todo derecho, reclama. Pareciera, entonces, que, nuevamente, los intereses individuales, particulares y la hipoteca y las prebendas vuelven asaltar a nuestros líderes políticos. Quienes, a mi juicio, desaprobarían, el examen más elemental del Sentido de Hacer política. Ya que han olvidado aquello de “Construir el Bien Común”.
Quiere decir que, la bonanza, como siempre, es para unos pocos. A dueños de Empresas Transnacionales, de capital privado, que invierten en sectores estratégicos (Minería, Agricultura de exportación, Empresas Financieras, Construcción de vivienda y Comercio Moderno) les fue muy bien. A los trabajadores, y a los pequeños productores les va de mal en peor. Es hoy un imperativo, el que hagamos arreglos políticos e institucionales que permitan a ciudadanas y ciudadanos, participar, informada y libremente en el proceso político al tiempo que tomar decisiones en aspectos que , al final de cuentas afectan su calidad de vida, la vida de sus comunidades, la de las regiones y las del País. Hacer Política, y Construir Programas que tengan como denominador común mejorar las capacidades y brindar oportunidades de vida buena para todos y todas es posible. Veamos por qué:
El punto de partida, a mi manera de ver, es que hoy en el Perú - y, lamentablemente, para el caso de la política ese hoy lleva casi 30 años - enfrentamos una crisis de representación política de connotaciones graves:
En primer lugar, es casi desde 1,980 -año en el que volvimos a tener gobiernos democráticos, producto de una elección - que ciudadanas y ciudadanas sentimos que votamos ó elegimos a quien, cuyas propuestas, más allá que las cumpla ó no, significan el mal menor.
En segundo lugar, es, también, hace casi 30 años que ciudadanas y ciudadanos somos requeridos, “importamos a la clase política” sólo en tiempos previos a elecciones, municipales, regionales ó nacionales. Luego de lo cual, a quienes les toca gobernar, en nuestra representación, se olvidan no sólo de los legítimos intereses y aspiraciones de quienes les permitieron ostentar éste poder sino que, además, hacen poco ó casi nada de lo que fue su propuesta de gobierno.
Tomando decisiones pragmáticas ó elaborando obras y realizando negociaciones, de aquello que los beneficia, a ellos, de manera individual y a su grupo. Independientemente de las necesidades de sus electores y de lo que es necesario para promover el desarrollo en las circunscripciones territoriales ó en el País que les ha tocado gobernar.
La situación descrita ha convertido, entonces, en sentido común aquello de “Haz Obras, Genera Trabajo y no importa que lleves agua para tu molino ó dinero para tu bolsillo, a partir de la función pública, que se ejerce.
Todo esto, ha llevado a que, a Febrero del 2,010, según el Barómetro de la Universidad de Lima, sólo el 36% de la población, apruebe la gestión del gobierno de turno; Mientras que sólo el 14% apruebe la gestión del Parlamento. Como podemos ver, entonces, el nivel de aprobación es tan bajo que, no hay duda, que atravesamos por una crisis de representación. Pero, ¿Qué está a la bases de esta crisis?; ¿Qué la genera?. Y ¿Cómo podemos y debemos salir de ella?
Qué está a la base de la crisis de representación:
A mi modo de ver hay, entre otros, tres factores, que explica no sólo el magro nivel de aprobación a la gestión política sino la total desconexión entre la clase política y la ciudadanía:
¿Están los partidos y movimientos políticos, actuales, a la altura de los tiempos?
Quiere decir, promueven e implementan, hoy, un rol de: información, formación política, elección interna de representantes, y de elaboración de programas y propuestas desde abajo ó, por el contrario, éstas tareas, qué duda cabe, importantes para la construcción de instituciones políticas fuertes y representativas; se implementan y fortalecen sólo a una minoría de sus militantes, mientras el conjunto de decisiones, cargos y postulaciones, las toman grupos de poder, al interior que funcionan casi como castas, incluso, “heredando” lugares.
¿Los Representantes (Congresistas) ó los Partidos Políticos, representados en el congreso, establecen procesos de: información, recojo de opinión y discusión de sus propuestas, de manera democrática, con los ciudadanos ó, por lo menos, con sus electores?.
No lo hacen y nunca lo han hecho, los partidos y movimientos políticos en vez de fomentar la participación, contribuyen a que ciudadanas y ciudadanos tengan una actitud pasiva, en relación al proceso y a las decisiones políticas. A pesar que, existen, desde hace mucho tiempo, movimientos sociales - de obreros, microempresarios, campesinos, organizaciones vecinales, organizaciones de mujeres y jóvenes - que reclaman su derecho a la participación y elaboración de propuestas.
Estas acciones, se generalizaron, desde hace 8 años, a partir de la puesta en vigencia de la Elaboración de Planes de Desarrollo Concertado y de los Presupuestos Participativos. Han venido ocurriendo en el País procesos de concertación en los que ciudadanas y ciudadanos han expresado sus necesidades, intereses y elaborado propuestas de desarrollo en los municipios distritales y provinciales. Sin embargo, en los últimos tiempos, estos procesos en vez de ser alentados, promovidos y apoyados por los Gobiernos Locales, han sido, en muchos casos, paralizados ó manipulados.
A mi modo de ver la clase política estaría - si sigue a espaldas de este proceso - perdiendo una oportunidad valiosa para poder conocer y actuar desde las necesidades y oportunidades que existen en los territorios. La Ciudadanía, tiene saberes y experiencia acumulada, a partir de que por cuenta propia han tenido que resolver el aprovisionamiento de: Alimentos: Los Comedores Populares y los Comités del Vaso de Leche, son un ejemplo de ello; Infraestructura Social Básica; Comités Vecinales en Pro de: Agua Potable, Alcantarillado, Pistas y Veredas, son parte de la historia viviente de muchas comunidades y hasta la Generación de Ingresos y Empleo, donde las Mujeres y Hombres que conducen Emprendimientos Económicos, Micro y Pequeñas Empresas, son los mayores generadores de puestos de trabajo, a pesar del magro apoyo que reciben de los distintos gobiernos de turno.
Dar un cambio de timón, a la manera de concebir, construir y ejecutar la gestión local, es necesario e impostergable. Quienes nos representan en los Municipios y Gobiernos Regionales, tienen la necesidad y obligación de concertar con las Organizaciones y Líderes Sociales. Recobrar la importancia de elaborar Planes de Desarrollo Local, con la participación del Pueblo es el camino correcto y nos llevará a poner en valor las capacidades y experiencia de la gente. Así como, a vigilar la ejecución del gasto público, actividad que, por lo demás, es un derecho.
¿El Gobierno de Turno y los representantes en el Parlamento promueven leyes y Programas que tienen como centro y fin la construcción del bien común ó por el contrario siguen manteniendo como denominador común niveles de pobreza y exclusión injustificables?. No Obstante, la “bonanza” económica que se vive en el Perú.
La Clase Política pareciera haber olvidado, su principal función, construir el bien común. El fin propio de la política es el buen gobierno. Por eso, el político debe estar bien preparado, tener buenos programas de gobierno, saber administrar los recursos públicos - que pertenecen a todos - saber dialogar, buscar consensos y dar cuenta de su gestión a la población.
Esto último, es ó debe ser una suerte de barómetro, que nos permita medir la eficiencia y eficacia con la que se desempeña, hoy, la clase política, en el Perú, y, de seguro, nos permitiría tener proyectos e indicadores de medición más concretos, no sólo para ver cómo manejamos la economía ó más concretamente las variables macroeconómicas, sino, además, como el buen desempeño económico se traduce, también, en una mejora de las condiciones en las que vive la población. Lo que significa poner metas concretas para mitigar la pobreza, la exclusión y la concentración de la riqueza. A cuya generación - vale la pena recordarlo - todos contribuimos. Aunque, no todos nos beneficiamos, ya que los costos y los beneficios están repartidos de manera desigual.
Mantener terca y obstinadamente esta manera de construir instituciones políticas y de gobernar no sólo va a contribuir al total descrédito del gobierno de turno sino que puede poner en jaque el sistema democrático y abrir la puerta, por lo tanto, a la instauración de propuestas autocráticas ó totalitarias que nadie quiere hoy en el País.
¿Qué debe cambiar?
En el corto Plazo,
Como podemos ver es urgente, un cambio de orientación. Es necesario que todos los ciudadanos en el Perú podamos participar en la toma decisiones del Estado y gozar de la bonanza de la economía.
La naturaleza y el sentido de los cambios caen por su propio peso. En primer lugar, es necesario, que el Estado promueva la existencia de Instituciones Políticas: Partidos ó Movimientos Políticos fuertes que desarrollen procesos de formación, elecciones internas y elaboren propuestas y programas que partan de las necesidades y recojan los legítimos intereses y aspiraciones de ciudadanas y ciudadanos.
Complementariamente, es necesario que se modifique el reglamento del congreso para establecer que el Parlamentario no es dueño de su puesto sino que está allí en representación de sus electores, quienes deben poder comunicarse con él, pedirle cuentas de su desempeño y cambiarlo por el siguiente - en la lista del Partido al que pertenece - si obra mal.
Es necesario, también, eliminar el voto preferencial y establecer circunscripciones territoriales más acotadas, para poder conocer por quién hemos votado ó quién nos representa.
Estos cambios pueden, en mi opinión, iniciar el largo camino por recorrer para cambiar la imagen y acción tan distorsionada de nuestros representantes.
Para el Mediano Plazo:
Todo lo señalado hasta aquí nos pone de manifiesto la necesidad de: “Fortalecer el Estado y Hacer más democrática y participativa la toma de decisiones”
Los “éxitos” logrados, hasta hoy están, a mi modo de ver, impregnados por un crecimiento económico de corte individualista, utilitario y economicista. Esto no se puede seguir sosteniendo, en la medida que lo que está en juego es la estabilidad y el futuro de la Nación. Ha quedado demostrado, que el mercado no es “el mejor distribuidor de recursos”, como lo propugnan sus agoreros, los llamados neo liberales.
Hay que decir, en voz alta, que en el desarrollo de la humanidad, ha quedado demostrado que: No hay realización de un “yo” sin un “nosotros” y de que no puede haber sociedades locales, nacionales o internacionales sin un sentido de bien común, compartido y defendido por sus integrantes; sin un sentido y apego por el fortalecimiento de la dignidad de todos los humanos, sin ninguna distinción y que Sociedad y Estado son los guardianes legítimos del bien tanto de uno como de los otros. Recuperar el valor, proteger y generar oportunidades para el otro, nuestro prójimo, es el espíritu que debe marcar una suerte de refundación del Papel de Estado. Lo que necesita de un marco institucional distinto que surja de leyes vinculantes u obligantes, en relación a la resolución de temas en la agenda pública, que no pueden, seguirse postergando. Pobreza y Exclusión; Mejora de Ingresos y Empleo decente para todas y todos; Educación, Salud y Vivienda de calidad, Oportunidades de realización personal para todos para todas y todos; son aspectos de la agenda pendiente. Con la que debemos enfrentar el Mediano Plazo.
Cumplir esta Agenda, para el corto y mediano plazo permitirá, entre otras cosas, acercar a los ciudadanos a la política y, lo que es más importante, a la participación y a la toma de decisiones, asuntos que, sin duda, nos pueden llevar a descubrir una nueva manera de hacer política, gobernar y construir Estado y Nación en el Perú de Hoy.
1 comentario:
La democracia no garantiza una mejorar en el nivel general de ingresos de una nación. Las nuevas democracias sufren esto constantemente. Al igual que ustedes en México tenemos los mismos problemas.
No basta con el respeto al voto, es importante que los ciudadanos exijamos a nuestros representantes el hacer las reformas necesarias a las leyes para poder salir adelante.
Nuestros países están tratando de transitar de un pasado que se fundó en prebendas y monopolios. Cambiamos nuestro sistema de gobierno a uno más democrático, pero no hemos hecho las reformas que nos ayuden a impulsar nuestras economías en los mercados globales.
No importa quién gobierne si lo hace en base a las leyes anteriores, hay que reformar las bases con las que se trabaja para salir adelante y eso realmente es muy difícil.
Es el atacar a los grupos de poder donde les duele en el dinero, es quitar privilegios y es que todos seamos cumplidos de las leyes y eso a todos molesta. Queremos cambios y mejoras si hacer cambios.
Los países que están saliendo adelante son los que han hecho reformas estructurales en todas las áreas; La laboral, monopolios, de gobierno, energética, Etc.
Espero que prono en nuestros países podamos hacer esas reformas que son necesarias para que no sigan las cosas igual.
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