martes, 29 de julio de 2014

PERU HOY: DISCURSO PRESIDENCIAL. MÁS DE LO MISMO; GOBERNAR DE CARA A LOS “INVERSORES” Y MEDIO ATENDIENDO LAS NECESIDADES DE CIUDADANAS Y CIUDADANOS.



¿En qué condiciones el Presidente Llega al tercer balance de su gobierno?
El presidente Ollanta Humala enfrenta su discurso presidencial con sólo un 22% de aprobación a su gestión, siendo ésta la cifra más baja en lo que va de su gobierno. En Julio de 2012 y Julio del 2013, quienes aprobaban su desempeño se situaban en el 36 y 32% respectivamente[1].
Este bajo nivel de aprobación da cuenta no sólo de la importante pérdida de capital político por el derrotero sinuoso de su desempeño, sino que nos dice que está pagando la factura por haber abandonado el postulado principal de su campaña “Crecimiento económico con Inclusión Social”. Este ofrecimiento fue virtualmente abandonado, pasando a convertir la política social en una sumatoria de programas sociales propios y necesarios en situaciones de emergencia y que, por lo tanto, no resuelven temas cruciales como: la inequidad de los ingresos entre los que más tienen y los que menos tienen; la generación de empleo de calidad, la mejora en la calidad de la educación y el cuidado de la salud; así como también las necesarias e impostergables mejoras en la seguridad  ciudadana.
Al revisar el nivel de calificación que los encuestados por GFK, le otorgan a los temas principales de la gestión nos encontramos con lo siguiente:
a)     Se califica como temas en los que hay un mejor desempeño: el manejo de las relaciones internacionales,  la promoción de la inversión (pública y privada),  el desarrollo de programas sociales, el manejo de la economía,  la descentralización, la promoción del empleo y las mejoras en educación.
b)     Se califica como temas en los que hay un peor desempeño: la lucha contra la delincuencia, la lucha contra la corrupción en el Estado, los servicios de salud que prestan postas y hospitales públicos, el manejo de conflictos sociales, el cuidado del medio ambiente; la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico y la administración de justicia.
Como podemos ver, hay sobrados fundamentos en los ciudadanos para el nivel de calificación que recibe el presidente Humala y lo que es peor, la tarea por realizar es inmensa, aún.
Cabe indicar que se ha desperdiciado tiempo y recursos que adecuadamente dirigidos hubieran permitido acortar brechas económicas y sociales, con las que el balance sería distinto al de virtual desaprobación con el que llega el presidente a su actual discurso.

¿Cuáles eran las expectativas?
GRAFICO 01
EXPECTATIVAS DE CIUDADANAS Y CIUDADANOS PERUANOSANTE EL DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
Las 10 principales expectativas que ciudadanas y ciudadanos del Perú, tenían ante el discurso tenían que ver con aspectos que iban desde la lucha contra la delincuencia, tema que le interesaba al 51 % de los encuestados; hasta el gasto en programas sociales, que era del interés del 16% de los mismos. La Agenda planteada por los ciudadanos presenta algunas novedades respecto a los temas que eran considerados necesarios en años anteriores. Aparece un tema novedoso como es la subida de los alimentos (inflación) respecto del que el 28% de la población pedía aclaraciones o estrategias para mitigar sus efectos. 
EL DISCURSO:
 “Mucho ruido y pocas nueces” es la frase que podemos usar para sintetizar lo que pasó, en la práctica, con el discurso. Notamos a un presidente que dice y encamina su gestión a más de lo mismo y que obvia temas importantes.
Si bien tiene la virtud de converger en un esfuerzo por mejorar educación y salud, (en lo que llamó “agenda priorizada”) ni tienen los recursos -a pesar del 0.5% del PBI en que se incrementará el presupuesto de educación- ni quedan claras las prioridades y elementos que se echarán a andar para que alcancemos el nivel de tecnificación y competencias necesarias para el otro anuncio: el llamado Plan de diversificación productiva.
Por lo demás, se mencionaron acciones que las podemos situar en el “más de lo mismo”, que supone la continuidad de la política actual.  Se mencionaron algunas novedades respecto de programas sociales, que en verdad funcionan como paliativos de situaciones generadas por la manera como se sigue conduciendo la economía y el modelo de desarrollo en el Perú. Dicho modelo se sigue nutriendo, en esencia, de los postulados “neoliberales”, que ponen al mercado y sus aliados como el principal asignador de recursos. Ello, a pesar de  las limitaciones y obstáculos que esta manera de organizar e implementar políticas económicas ha mostrado para lograr un “crecimiento con equidad”, que es lo que ciudadanas y ciudadanos demandamos y tenemos derecho a recibir.
Las omisiones en el discurso son realmente clamorosas. No sólo porque se dan a espaldas de lo que la población esperaba sino por que quedaron en el tintero temas fundamentales como ¿Qué hacer con la corrupción en el Estado? y el tema de Medio ambiente.
No olvidemos que la corrupción resta de manera significativa los escasos presupuestos con los que se cuenta para sectores importantes, amén de que nos resta competitividad. En cuanto al tema medio ambiental, nos sigue sumiendo en una manera de explotar los recursos naturales con poco cuidado por la  preservación del ambiente natural y el entorno. Con lo que los conflictos sociales no cesarán; al contrario, podrían incrementarse. Lo que es peor, mantendremos una manera de explotación que sólo sirve para llenar las arcas de los “inversores” quienes privilegian una orientación rentista y especulativa, en desmedro del legítimo derecho de las comunidades -que poseen los recursos- por mejorar sus condiciones de producción y de vida, así como también el derecho de las generaciones posteriores respecto del cuidado de los recursos.
En suma, vemos un presidente con visibles signos de deterioro respecto de su capacidad para gestionar el país; con la propuesta de una continuidad e intensificación de programas sociales, que servirán para paliar los efectos de las medidas económicas -que no cambiarán- o para sostener apetitos electorales de la hoy primera dama. También vemos ausencias que posteriormente intensificarán conflictos sociales o sensaciones de falta de liderazgo o desgobierno, que poco favor le hace a la necesaria consolidación institucional.
Con lo que a la política y a los políticos les seguirá yendo de mal en peor. A la población pobre le seguirá yendo mal o bien, en la medida de su esfuerzo individual o tanto como puedan integrarse a los programas sociales.  A la economía le seguirá yendo más o menos bien y a quienes le irá muy bien será a los “inversores” a los dueños del capital, para quienes se seguirá gobernando y estableciendo prioridades.
A los políticos de oposición, intelectuales progresistas, micro y pequeños empresarios; así como también a las mujeres y sus organizaciones, campesinos, productores agrarios y jóvenes, les queda seguir bregando por la construcción de nuevos escenarios y nuevos consensos, sabiendo que el Perú es de todas y todos. 


[1] Datos tomados de: Encuesta Nacional Urbana GFK, Julio del 2014.

PERU HOY: CRECIMIENTO ECONOMICO, DEBIL, AUSENCIA DE LIDERAZGO Y FALTA DE CREDIBILIDAD



Crecimiento Económico Débil:

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) el crecimiento del Producto Bruto Interno (P.B.I.) en el primer trimestre del presente año fue de 4.8% para el período interanual (Marzo 2013 – Marzo 2014) -con lo que se sitúa en un nivel un poco menor a los pronósticos, que eran de 5 % por lo menos- debido a la debilidad que vienen presentando las exportaciones.
Cabe destacar que las tasas de crecimiento del P.B.I. son menores que el ritmo de expansión promedio que la economía peruana registró durante los últimos diez años y manifiestan una falla estructural, que se expresa en que el avance de la productividad y la competitividad han perdido dinamismo y, lo que es peor, se puede seguir perdiendo.

Qué hacer

Por lo que, desde mi punto de vista, es necesario acelerar el trabajo en pactos, acuerdos, mejoras en la infraestructura económica y social.  También se requiere dar atención prioritaria a la formación de capital humano, así como también a la innovación de productos, procesos y procedimientos.
La revisión de pactos y acuerdos sociales no sólo es necesaria sino que es el mecanismo que puede dar estabilidad al mediano y largo plazo, a la manera de hacer y generar desarrollo en el Perú.
Un pacto, por ejemplo, que articule cambio estructural[1], inversión y tributación, con la finalidad de lograr un mejor equilibrio entre bienes privados, bienes públicos y servicios sociales, nos permitirá construir un andamiaje distinto que ponga en primer lugar el logro del bienestar para todas y todos.
Un Pacto Económico, Social y Laboral que suponga mejorar la redistribución de la riqueza, cambiando la correlación entre capital y trabajo, lo que debe expresarse tanto en una disminución progresiva y permanente de las brechas de género, de productividad y de empleo de calidad, como en las mejoras respecto de la aplicación de justicia y seguridad interna.  
Mejoras en la infraestructura económica y social priorizando la inversión pública y alentando la inversión publico privada en proyectos que nos conduzcan a paso firme a reducir de manera progresiva la brecha actual.
La brecha de inversión en el Perú tiene un nuevo cálculo: Esta asciende a US$87.975 millones para el período 2012 – 2021, el cual equivale al 33% del PBI proyectado para ese lapso, según un estudio realizado por la Universidad del Pacífico y ESÁN, encargado por la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN).

Brecha de Inversión por sectores

Según los resultados del mencionado estudio, los sectores en donde la brecha es alta son: energía, transportes y telecomunicaciones.
En el primero, el requerimiento de inversiones llega a los US$32.987 millones, lo que equivale al 37,5% del monto total; mientras que en transportes la cifra asciende a US$20.935 millones (23,8%) y en telecomunicaciones a US$19.170 millones (21,8%).
Atención prioritaria a la formación de capital humano y a la innovación de productos, procesos y procedimientos. Ello supone la generación de oportunidades para todos y todas, capacitación de jóvenes y de la fuerza laboral, de tal suerte que se pueda orientar a satisfacer lo que la sociedad y el mercado requieren.
Fomento de la innovación en productos, procesos y procedimientos que de un lado nos hagan aprovechar nuestras ventajas competitivas. Agro–industria, industria de comida y bebida son buenos ejemplos de una ruta.  Hay un espacio aún para favorecerla con esquemas de cofinanciamiento públicos-privados o con fondos públicos que se asignen por concurso, lo que podría contribuir a identificar y potenciar nuevos emprendimientos. Finalmente, es necesario incentivar la formalización, pues, de no hacerlo las empresas no lograrán (o tardarán) en alcanzar su máximo potencial y la carga tributaria seguiría recayendo sobre unos pocos, los mismos de siempre, lo que perjudica la competitividad.
Esta suerte de agenda tiene o debe tener prioridad en los arreglos político-institucionales, de tal suerte que su ejecución, marque el cambio necesario no sólo en el rumbo sino  también en el liderazgo del País y sus prioridades. No hacerlo o seguir sin promover cambios estructurales para continuar en el cortísimo plazo y/o en los cálculos del próximo período eleccionario haría que las cosas pasen de claro a oscuro.

AUSENCIA DE LIDERAZGO:

Asistimos hoy al final del tercer año de Gobierno de Ollanta Humala Tasso. El nivel de desaprobación a su gestión presidencial llega a 73%[2], mientras que el nivel de desaprobación de sus ministros llega al 78% [3]. Lo que, desde otro prisma, configura a unos ciudadanos entre desconcertados e indignados que pasan la factura por su falta de cumplimiento y liderazgo, no sólo al Presidente sino también a quienes le acompañan en la gestión.
Esta ausencia de liderazgo se expresa en la medida que el 78% de los ciudadanos califica como muy mala su actuación en relación con la lucha que consideran se debe librar contra la delincuencia. Mientras que el 73% de ellos califica como muy mala su actuación en la lucha contra la corrupción. El 53%, descalifica su actuación en la promoción del empleo y el 61% descalifica los servicios y la gestión de la política y los servicios de salud, para mencionar solo los más importantes.
Vistas así las cosas, el gobierno de turno está jalado, reprobado. Su desempeño es muy modesto y la falta de liderazgo afecta hoy no sólo a él sino a toda la clase política.
Con lo que es necesario poner las barbas en remojo. El desconcierto e indignación deben terminar. Es necesario que en los dos próximos años la agenda señalada líneas arriba se empiece a desarrollar. De lo contrario, los pocos avances logrados estarán en tela de juicio y posturas más autoritarias que democráticas podrían volver a tener asidero.

FALTA DE CREDIBILIDAD:

Hoy por hoy, la falta de credibilidad se asoma e instala en las mentes y conciencias de ciudadanas y ciudadanos. Pareciera que entre la política neoliberal (con la que se sigue organizando la economía e intentando resolver, sin conseguirlo,  los problemas sociales), la corrupción, la desigualdad y el incumplimiento de las promesas de campaña, se ha echado por tierra la credibilidad de la ciudadanía en la clase política y las instituciones. Esta situación no solo es preocupante, sino que podría significar un retroceso en la consolidación del sistema democrático.
El Perú es y debe seguir siendo de todos los peruanos, más allá de apetitos particulares o ganancias que esta manera neoliberal de promover  el desarrollo hayan decantado.
A manera de Conclusión:
En la medida que pongamos nuestro mayor esfuerzo en que lo local, nacional y mundial se conecten y dirijan a revertir la exclusión y la inequidad y a promover la igualdad de oportunidades, encontraremos programas y destinaremos los recursos a lo más importante de la vida de nuestra nación que no es otra cosa que la construcción del “Bien Común”. Tarea a la que políticos y ciudadanos debemos abocarnos, para así recuperar la credibilidad y el sentido de pertenencia a este gran País que es y debe seguir siendo de todas y todos.  


[1] Lo que supone tener una matriz productiva más diversificada, con una adecuada gobernanza de los recursos naturales y preservación del medio ambiente, con énfasis en la solidaridad con las generaciones futuras.
[2] ENCUESTA GFK. Encuesta nacional urbana de mayo 2014. Resultados del estudio de opinión preparado por GFK.

[3] ENCUESTA GFK. Encuesta nacional urbana de mayo 2014. Resultados del estudio de opinión preparado por GFK.