La cuenta regresiva que marca el fin del 2,012 ha llegado y observamos una situación que podríamos describir como: Desaceleración del crecimiento económico, aunque se mantienen los fundamentos de una buena gestión; Gobierno casi al garete y sociedad, impactada, descontenta, por los pocos avances, respecto de la hoja de ruta, al tiempo que por el nuevo aumento en los ingresos de los congresistas y magistrados del Poder Judicial, que se puede resumir en: “Así no juega Perú”. Privilegios para unos y muy poco para muchos.
La desaceleración del crecimiento económico se explica por:
a) En lo que va del año, el volumen de exportaciones, ha evidenciado un marcado retroceso, habiendo registrado, ya, en el segundo trimestre de 2012. una contracción, en términos interanuales de 10,2% (con información a mayo). Cabe indicar que esta es la primera, aunque significativa, caída trimestral desde fines de 2009.
b) Se ha reducido en 13 % la exportación de materias primas, sobre todo minerales, textiles y productos agroindustriales, las mismas que de seguir bajando - al continuar los problemas en Europa y EE.UU.- impactarán a la baja los indicadores de empleo.
Frente a este panorama, es de esperar que, el gasto público mitigue la probable moderación del gasto privado, con una inversión pública que podría incrementar hasta en un 30% este año. Lo que junto a una mayor expansión del consumo público, debido a la aplicación del segundo paquete de estímulo económico - acordado en junio pasado- sean un buen acicate para el crecimiento. Baste mencionar que el monto destinado a este paquete equivale a 0,4% del PIB e incluye gastos para el mantenimiento de obras de infraestructura y programas sociales, principalmente.
Pareciera que es, nuevamente, el mercado doméstico, local y las actividades ligadas a él a las que les irá mejor, el próximo año.
¿Qué queda por Hacer?
De momento, siguen quedando en el tintero la reforma tributaria y la mejora de sueldos y salarios, medidas que harían que, de una vez por todas, quien más se beneficia del modelo económico que se viene aplicando, aporte más y que quienes contribuyen a la bonanza lograda con su fuerza de trabajo, vean mejorados sus ingresos y por ende sus condiciones de vida. Más aún, puedan contribuir decisivamente a la expansión del mercado doméstico, local.
Es verdad que los fundamentos, en los que se ha basado el manejo y las medidas económicas han sido más que prudentes, lo que falta, a mi modo de ver, es interpelar a quién, quiénes; gobierna, gobiernan; respecto de si los costos y los beneficios del crecimiento económico logrados están equitativamente repartidos, distribuidos. Vistas las cosas así, queda claro que aún hay mucho por hacer y que el tránsito necesario para poner la economía al servicio de todas y todos, no ha empezado. Hacerlo es, sin duda, impostergable; empezar el camino de la inclusión, desde el prisma de la economía no es otra cosa que dar pasos sustantivos para reducir, de manera significativa, la enorme brecha que existe entre los que más tienen y los que menos tienen. El Perú, sus riquezas deben beneficiar a todas y todos y no sólo a unos pocos, como hasta hoy.
El Gobierno casi al garete:
Efectivamente, lo que se puede entrever es una suerte de derechización de quien gobierna, eso, atañe, más al personaje, al ciudadano, hoy presidente, que a su agrupación política o a aquellos partidos y movimientos políticos que, en la práctica, formaron una coalición, para que él ganara, él nos representara, fuera el mandatario de la Nación, en este período.
Este camino es abonado desde diversos frentes, el primero de ellos, es: el que hayamos constatado que en los últimos 30 años, quien es elegido Presidente, salvo raras excepciones, se sirve del partido y promete un Programa de Gobierno y una manera de gobernar que, ya en el poder, abandonan y son secuestrados o se dejan secuestrar, por quienes detentan el poder económico, etc. Gobernando finalmente, con un grupo de amigos y a espaldas de lo ofrecido y hasta de su propio partido.
Un segundo elemento, que, en este momento, tiene connotaciones graves, es que pareciera que hoy en el Perú gobiernan quienes perdieron la elección, a quienes el pueblo les dijo NO.
Tenemos a un Presidente, que no tiene liderazgo y que, pareciera, comparte decisiones con la Primera Dama, a quién, nadie eligió, ni le delegó poder pero lo tiene, es, tan así, que en este balance del 2012 tenemos que volver a afirmar, “a la economía le va casi bien y a la política le va de mal en peor”.
Y digo mal en Peor, en la medida que, por ejemplo, a los congresistas, antes de aprobar las reformas y leyes necesarias que hagan realidad la inclusión, les interesa más, incrementar sus ingresos, a niveles realmente exagerados, comparados con lo que perciben la mayoría de los que aportan, aportamos, vía impuestos indirectos – IGV; ISC, ETC – los recursos que hagan posibles tan insostenibles emolumentos.
Con ello, se reafirma que los políticos han convertido la función pública más en un medio de usufructo personal, denigrando aún más, la alicaída imagen de los políticos y la POLÍTICA, que tienen ciudadanas y ciudadanos.
¿Y qué de la oposición?:La Oposición está o sigue paralizada y no vislumbramos no sólo un líder sino que, tampoco, por el momento, la posibilidad de construcción de una propuesta alternativa diferente, distinta, que desde una oposición crítica y constructiva, de cara a las necesidades de peruanas y peruanos ponga un contrapeso, a este gobierno de turno.
La Sociedad, entre tanto, escuchando, canciones que perfilan a Nadine Heredia como candidata, de la próxima elección presidencial, o presenciando una victoria pírrica como es el haber validado un referéndum a la alcaldesa de Lima, QUE NO DEBE PASAR, o teniendo que soportar que se constituyan equipos de gobierno en base a fidelidades personales y amiguismos, más que por capacidades y, para terminar, ver como en Diciembre, se incrementan salarios de los funcionarios públicos, congresistas, magistrados del poder judicial, incluso en algunos casos, en contra de lo que dice la Ley. La misma que estipula que ningún funcionario público puede percibir ingresos mayores que los del Presidente de la República.
Como podemos ver, tenemos, cuando no habría necesidad de eso, claro-oscuras perspectivas para el 2013. Sin embargo, insistiremos en que el Crecimiento con Inclusión Social, fue el sentido del voto y que, con hoja de ruta o sin ella, en el Perú debemos caminar hacia eso.
La desaceleración del crecimiento económico se explica por:
a) En lo que va del año, el volumen de exportaciones, ha evidenciado un marcado retroceso, habiendo registrado, ya, en el segundo trimestre de 2012. una contracción, en términos interanuales de 10,2% (con información a mayo). Cabe indicar que esta es la primera, aunque significativa, caída trimestral desde fines de 2009.
b) Se ha reducido en 13 % la exportación de materias primas, sobre todo minerales, textiles y productos agroindustriales, las mismas que de seguir bajando - al continuar los problemas en Europa y EE.UU.- impactarán a la baja los indicadores de empleo.
Frente a este panorama, es de esperar que, el gasto público mitigue la probable moderación del gasto privado, con una inversión pública que podría incrementar hasta en un 30% este año. Lo que junto a una mayor expansión del consumo público, debido a la aplicación del segundo paquete de estímulo económico - acordado en junio pasado- sean un buen acicate para el crecimiento. Baste mencionar que el monto destinado a este paquete equivale a 0,4% del PIB e incluye gastos para el mantenimiento de obras de infraestructura y programas sociales, principalmente.
Pareciera que es, nuevamente, el mercado doméstico, local y las actividades ligadas a él a las que les irá mejor, el próximo año.
¿Qué queda por Hacer?
De momento, siguen quedando en el tintero la reforma tributaria y la mejora de sueldos y salarios, medidas que harían que, de una vez por todas, quien más se beneficia del modelo económico que se viene aplicando, aporte más y que quienes contribuyen a la bonanza lograda con su fuerza de trabajo, vean mejorados sus ingresos y por ende sus condiciones de vida. Más aún, puedan contribuir decisivamente a la expansión del mercado doméstico, local.
Es verdad que los fundamentos, en los que se ha basado el manejo y las medidas económicas han sido más que prudentes, lo que falta, a mi modo de ver, es interpelar a quién, quiénes; gobierna, gobiernan; respecto de si los costos y los beneficios del crecimiento económico logrados están equitativamente repartidos, distribuidos. Vistas las cosas así, queda claro que aún hay mucho por hacer y que el tránsito necesario para poner la economía al servicio de todas y todos, no ha empezado. Hacerlo es, sin duda, impostergable; empezar el camino de la inclusión, desde el prisma de la economía no es otra cosa que dar pasos sustantivos para reducir, de manera significativa, la enorme brecha que existe entre los que más tienen y los que menos tienen. El Perú, sus riquezas deben beneficiar a todas y todos y no sólo a unos pocos, como hasta hoy.
El Gobierno casi al garete:
Efectivamente, lo que se puede entrever es una suerte de derechización de quien gobierna, eso, atañe, más al personaje, al ciudadano, hoy presidente, que a su agrupación política o a aquellos partidos y movimientos políticos que, en la práctica, formaron una coalición, para que él ganara, él nos representara, fuera el mandatario de la Nación, en este período.
Este camino es abonado desde diversos frentes, el primero de ellos, es: el que hayamos constatado que en los últimos 30 años, quien es elegido Presidente, salvo raras excepciones, se sirve del partido y promete un Programa de Gobierno y una manera de gobernar que, ya en el poder, abandonan y son secuestrados o se dejan secuestrar, por quienes detentan el poder económico, etc. Gobernando finalmente, con un grupo de amigos y a espaldas de lo ofrecido y hasta de su propio partido.
Un segundo elemento, que, en este momento, tiene connotaciones graves, es que pareciera que hoy en el Perú gobiernan quienes perdieron la elección, a quienes el pueblo les dijo NO.
Tenemos a un Presidente, que no tiene liderazgo y que, pareciera, comparte decisiones con la Primera Dama, a quién, nadie eligió, ni le delegó poder pero lo tiene, es, tan así, que en este balance del 2012 tenemos que volver a afirmar, “a la economía le va casi bien y a la política le va de mal en peor”.
Y digo mal en Peor, en la medida que, por ejemplo, a los congresistas, antes de aprobar las reformas y leyes necesarias que hagan realidad la inclusión, les interesa más, incrementar sus ingresos, a niveles realmente exagerados, comparados con lo que perciben la mayoría de los que aportan, aportamos, vía impuestos indirectos – IGV; ISC, ETC – los recursos que hagan posibles tan insostenibles emolumentos.
Con ello, se reafirma que los políticos han convertido la función pública más en un medio de usufructo personal, denigrando aún más, la alicaída imagen de los políticos y la POLÍTICA, que tienen ciudadanas y ciudadanos.
¿Y qué de la oposición?:La Oposición está o sigue paralizada y no vislumbramos no sólo un líder sino que, tampoco, por el momento, la posibilidad de construcción de una propuesta alternativa diferente, distinta, que desde una oposición crítica y constructiva, de cara a las necesidades de peruanas y peruanos ponga un contrapeso, a este gobierno de turno.
La Sociedad, entre tanto, escuchando, canciones que perfilan a Nadine Heredia como candidata, de la próxima elección presidencial, o presenciando una victoria pírrica como es el haber validado un referéndum a la alcaldesa de Lima, QUE NO DEBE PASAR, o teniendo que soportar que se constituyan equipos de gobierno en base a fidelidades personales y amiguismos, más que por capacidades y, para terminar, ver como en Diciembre, se incrementan salarios de los funcionarios públicos, congresistas, magistrados del poder judicial, incluso en algunos casos, en contra de lo que dice la Ley. La misma que estipula que ningún funcionario público puede percibir ingresos mayores que los del Presidente de la República.
Como podemos ver, tenemos, cuando no habría necesidad de eso, claro-oscuras perspectivas para el 2013. Sin embargo, insistiremos en que el Crecimiento con Inclusión Social, fue el sentido del voto y que, con hoja de ruta o sin ella, en el Perú debemos caminar hacia eso.