Queda muy poco, tiempo, menos de un mes, para que ciudadanas y ciudadanos en el Perú concurramos a la llamada segunda vuelta electoral y como producto de ello decidamos quien conducirá el País entre Julio del 2,0011 y Julio del 2,016. Tengo la impresión de que los resultados de primera vuelta, vienen a cero. Quiere decir, que no, necesariamente, influirán o determinarán muy poco, lo que ocurra en Junio.
Esto último, por qué la campaña electoral ha dejado muy claro que los partidos y movimientos políticos, que operan, en este tiempo, en el Perú, responden, son movilizados y conducidos por caudillos y, por lo tanto, la posibilidad de hacer alianzas que sirvan para “endosar” votos, que es lo que podría contar, en el cortísimo plazo, será casi nula.
Estas Alianzas se construirán, más bien, para gestionar la acción parlamentaria en los cinco próximos años, pero para eso falta tener claro quién gobernará.
De un lado, Ollanta Humala, ha estado – luego de la primera vuelta - y está enfrascado, hasta hoy, en contrarrestar la fortísima campaña de demolición en su contra y en contra de lo que propone. Por lo observado, esta campaña tiene tres actores principales: Ollanta Humala; La Mayoría de Medios de Comunicación; Los Líderes y las Organizaciones Políticas de derecha – que fueron postergados en sus aspiraciones, por el voto del pueblo -; y, la otra candidata, que está usando, los supuestos vacíos, inconsistencias, del Plan de Gobierno de Ollanta Humala.
De otro lado, la candidata, del fujimorismo que sigue granjeándose preferencias electorales recurriendo a “cucos”, “miedos” y aprovechando la falta de memoria u omisión de peruanas y peruanos, a lo ocurrido, años atrás, el apoyo de los medios de comunicación, los derechistas y quiénes no han leído el programa de gobierno y las propuestas de su oponente. Con eso, hoy por hoy, sube 3 0 4 puntos en las encuestas, habiendo - según éstas - empatado a su oponente con lo que el resultado de la elección será decidida por los llamados “indecisos”.
¿Qué quedaría por delante?
A esta altura de la contienda, es necesario, que los candidatos, sobre todo aquel que quiera ganar, ser elegido, empiecen, a decir claramente, cuáles son las propuestas y programas de gobierno. El Perú y los peruanos más que ruido, diatribas y verdades a medias. Necesitamos que las cosas nos queden claras y que los aspirantes a: gobernar nuestro país, ser mandatario (a), tener la máxima representación, en el Perú, para él próximo período de gobierno, se dediquen - más que responder a epítetos, del adversario o de sus a yayeros – a responder, a dejar diáfana y transparentemente establecidos aspectos como:
- Cuáles son los intereses y aspiraciones que enarbolarán y defenderán ó seguirán haciendo componendas y arreglos - como todos los gobiernos de turno, unos más y otros menos, desde 1,990 - para que los empresarios, a pesar de las ganancias obtenidas, se sigan oponiendo a: Una adecuada y equitativa distribución del ingreso; Que la política tributaria se cambie y que paguen entonces más impuestos los que más tienen, como lo hacen empresarios y ciudadanos en países desarrollados de Norte América, Europa o en países vecinos nuestros como: Chile y Brasil; La necesaria e impostergable mejora de sueldos y salarios, base para el fortalecimiento del mercado interno.
- Cuál es la manera cómo entienden y proponen el rol de los gobiernos regionales y locales y la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones.
- Qué propuestas tienen para Empleo, Vivienda, Educación y Salud. Se entenderá y destinará recursos suficientes para mejorar las oportunidades, condiciones y calidad de vida en base a políticas sociales, adecuadas y estables ó por el contrario se seguirá recurriendo a programas sociales, en muchos de los casos, con aspiraciones clientelares.
- Se dará Impulso a la Actividad Productiva (Agro, Industria,Minería): procesando y generando valor agregado a lo que exportamos ó de lo contrario seguiremos siendo primario - exportadores y alentadores, por lo tanto, del rentismo y la especulación.
- Se restituirán los derechos perdidos y se defenderán los derechos de las comunidades indígenas, o se mantendrán las situaciones de irrespeto a la propiedad y decisión de las comunidades, que es las causas de la mayoría de conflictos sociales.
- Se respetará y aplicarán las recomendaciones de la CVR, proceso que nos permita concluir con el proceso de reparación, sanación, de una buena parte del país, por lo demás, la más olvidada.
- Serán la Democracia, la Justicia, la Libertad y la Participación, los valores que rijan la manera de gobernar ó por el contrario será el autoritarismo, la decisión arbitraria e inconsulta y el caudillismo, lo que nos seguirá conduciendo, gobernando.
- Será entonces el Estado, quien controlará al mercado, promoverá el desarrollo Social y Económico ó éste seguirá siendo concebido como un medio para apropiarse de fortunas, perseguir a los opositores y reducido a una función meramente asistencialista.
Una presentación clara de estos puntos, por parte de los candidatos, y, a lo mejor, de otros, que quedaron en el tintero - no por ser menos importantes - es lo que debe ser, a mi juicio, aquello, que marque la diferencia en la última etapa de la disputa electoral.
Mensajes claros y un análisis por parte de ciudadanas y ciudadanos hará que la campaña deje de ser una en la que siga habiendo “Mucho ruido y pocas nueces” y sobre todo que ciudadanas y ciudadanos podamos emitir un voto informado y consciente. Lo que está en juego es suficientemente importante como para sólo dejar hacer dejar pasar.
Esto exige que no sólo seamos espectadores, es necesario que discutamos, abiertamente, las ideas y propuestas cen¬trales que articulan la actual estrategia de desarrollo, el modelo económico que venimos implementando, la importancia de establecer metas que mejoren la calidad de vida de todas y todos. La crisis económica global, que fue alimentada por quienes creían en el mercado como algo absoluto e irrefutable, nos dice, que es necesario abordar, construir y poner en marcha nuevos enfoques, nuevas estrategias, que, desde la independencia y rigurosidad, nos permitan recuperar el equilibrio entre la razón, la justicia y la libertad.
Mujeres y hombres, ciudadanos y ciudadanas; peruanas y peruanos, tenemos derecho a elegir a quien queramos, es cierto. Así como, cierto es, que debemos elegir a quién proponga de manera más consecuente poner por delante las justas aspiraciones y derechos de las mayorías y empezar el restablecimiento del Bien Común, como la hoja de ruta, como el sentido y fin de la acción política.
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