miércoles, 5 de marzo de 2014

Perú Hoy: Relevo Ministerial, poner al gato de despensero.



Hemos asistido al relevo ministerial más paradójico de los últimos años. Ocurre que César Villanueva fue removido del Premierato, y con él algunos Ministros, so pretexto de haber hecho declaraciones.  Quiere decir, llevar al mundo mediático una noticia, respecto de un ajuste al salario mínimo vital, que estaría en agenda. Y eso –que para nada ni nadie es un pecado mortal, en la medida que, se debe ajustar cada 2 años– le hizo pasar por atropellos e insultos de oficialistas, hasta pasar entre Herodes (Castilla) y Pilatos (Nadine Heredia), hasta su defenestración.
Queda claro, muy claro, luego de este suceso que el Poder de Nadine y su amigo el titular de Economía y Finanzas, es, de momento, casi irrefutable. Caer de la gracia de la dupla (Heredia-Castilla) significa o podría significar eso y más.
Lo lamentable aquí es que esa manera de conducir y tomar las decisiones en el Perú es totalmente inconstitucional -ya que ninguna de las personas que conforman la dupla fue elegida- y, por lo tanto, debilitan la autoridad del presidente al tiempo que menoscaban la necesaria institucionalidad y, además, a la política.
Una vez más alguien no elegido, junto a otro que cuida más el bolsillo de los empresarios que él de los trabajadores, toman medidas que, por decir lo menos, ponen en tela de juicio la capacidad de Ollanta Humala de llevar los destinos de su gobierno y el País.
La concertación y el que se discutan temas que ayudan a los que menos tienen, lo sabemos, no es del agrado de la CONFIEP ni de los inversores, como tampoco del titular de Economía y Finanzas, que pareciera está allí más que al servicio de las ciudadanas y ciudadanos del Perú al servicio de unos pocos empresarios e inversores.
Este relevo ministerial nos dice que el poder en el Perú tiene que ver más con lo que decide alguien no elegido, que en vez, de abonar el camino para la concertación y la distribución equitativa de la riqueza, seguirá abonando el camino de la enorme desigualdad y concentración de la riqueza, con la excusa o pretexto que sea necesario.
Creo que el discurso y la práctica se bifurcan más que se juntan y que, de seguir así, este gobierno será recordado como uno que tenía un presidente que no decidía ni hacía sólo; sino que dependía del contento de la derecha y sus gendarmes en el Ministerio de Economía y los apetitos políticos de su esposa que necesita que quienes son “inversores” la acepten y con eso ganar un peldaño en el camino para ser próxima candidata presidencial.
Por lo que pareciera que de ahora en adelante tendremos al gato de despensero. Lo que importa es que por nada ni por nadie se deje de salvaguardar los intereses de pocos, aún en desmedro de muchos. Frente a esa realidad dos preguntas caen de maduras:

¿Hoy, cuando ya se ven signos claros del total irrespeto a la precaria  institucionalidad y que se prefiere gobernar con otros, no importa lo lejos o cerca que estén de lograr inclusión y derechos para todos, seguiremos creyendo en que el Gobierno de Humala se interesa por las mayorías?

¿A pesar de esto, Ollanta Humala, seguirá hablando de concertación, inclusión social y desarrollo para todas y todos?
Creo que la derechización del gobierno actual en el Perú, ha quedado sellada.